“Nothmund creyó prudente retirarse. Pero otros ojos rasgados color miel y esmeralda lo observaban, desde la cima de un robusto árbol. Su dueña portaba también un amenazante arco entre sus manos.
La muchacha se le presentó delante de forma inesperada y él hubo de frenar su caballo con rapidez para no arrollarla. Una mueca picarona no ayudó al rey a coger confianza, más bien al contrario, de no ser porque su corazón le jugó una mala pasada. La joven era, nada menos, que Nilmer, la hija desheredada de Sirk. Pudo haber acabado con su vida, condenando a los elfos al exterminio. Sin duda, ese no era su objetivo. Llevaba sobre su hombro a Rolo, el gracioso bufón cuyos enormes ojos anaranjados habían doblado su tamaño ante la presencia del soberano.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario